DAVID MENAYO
Actualizado
El judo español ha conseguido seis medallas en la historia de los Juegos Olímpicos (los oros de Almudena Muñoz y Miriam Blasco en 1992 y de Isabel Fernández en el 2000; la plata de Ernesto Pérez en 1996; y los bronces de Yolanda Soler e Isabel Fernández en 1996), pero lleva cinco ediciones sin subirse al podio. Laura Martínez (Madrid, 1998), que será la representante española en París 2024 en la categoría de -48 kg., es una de las candidatas a encontrar la llave que vuelva a abrir esa puerta.
Su historia con el judo comenzó muy pronto, con apenas tres años, siguiendo las pasos de su hermano mayor. "Yo no era la típica niña que jugaba con las Barbies. Tenía mis muñecos y mis juguetes, pero a mí lo que me gustaba era entrenar", cuenta la protagonista en 'MARCA La Diferencia'. "No existe un punto de inflexión para explicar cuándo el judo pasó de ser un hobby a ser algo más. Fue algo progresivo. Desde pequeña me ha gustado competir y he tenido buenos resultados, así que creo que todo ha ido llegando por inercia", explica quien ha sido subcampeona mundial júnior y bronce europeo sénior.
Yo no era la típica niña que jugaba con las Barbies. A mí lo que me gustaba era entrenar
Laura Martínez, judoca
Laurita, como se la conocía en los años en los que despuntaba, es de las que piensa que el deporte de élite ha sido una elección de vida. "Cuando era pequeña y me invitaban a un cumpleaños, mi madre me decía que me saltara la clase de judo para ir y yo me negaba. El entrenamiento era indiscutible y el ocio secundario", cuenta. "Luego, ya siendo mayor y más consciente, he tenido que renunciar a salir con mis amigos por priorizar el descanso o quedar a comer en un restaurante por vigilar la alimentación y el peso", subraya. Vamos, que en más de una ocasión ha cambiado el Big Mac del McDonalds por un plato de arroz cocido y pasta.
La judoca madrileña estuvo cerca de ir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 -tras ser quinta en el Campeonato del Mundo-, pero la plaza la acabó ocupando otra compañera (Julia Figueroa) con mejor ranking. "Después de aquellos Juegos me planteé dejar el deporte porque fue muy duro, pero estoy muy contenta de estar en París", destaca Laura. "Desde que era júnior los Juegos Olímpicos han sido un objetivo para mí. Es el sueño de todo deportista. Es una competición con mucho prestigio y todo el mundo quiere ganar una medalla porque es algo histórico. Llevamos meses, años, casi toda una vida preparándonos para ello", reflexiona. "El Mundial es el objetivo marcado anualmente, pero los Juegos son diferentes. Yo he participado en unos Juegos Europeos que, sin ser exactamente lo mismo, creo que me pueden ayudar a entender la dinámica de competición, de lo que será la vida en la Villa Olímpica y demás. Espero que no me afecte mucho todo y pueda centrarme en la competición", añade.
Después de Tokio me planteé dejar el deporte y ahora estoy feliz de ir a unos Juegos
Laura Martínez, judoca
La competición de judo -y la lucha- en París 2024 se disputará en el estadio Campo de Marte con la Torre Eiffel de fondo. "Es un pabellón que han hecho específicamente para los Juegos. Ya lo he trasteado un poco por internet...", confiesa sonrisa en rostro. Laura competirá el sábado 27 de julio. Todo o nada en menos de 24 horas. "Los deportistas somos conscientes de que tenemos días buenos y malos. Si me levanto con el día bueno será genial porque lo voy a disfrutar más; si es de los otros tocará sufrir y tirar para adelante porque el objetivo es conseguir medalla", apunta. Para motivarse le gusta escuchar música que le llene de energía -'Color esperanza' de Diego Torres y 'Libertad' de Nil Moliner no pueden faltar en su Playlist- y entre combate y combate "hay tiempo para todo. Intentas desconectar y descansar porque el cuerpo lo necesita. Yo suelo comer para coger energía, veo una serie, Tik Tok o algo que me entretenga y luego me centro en el combate, en la rival y en prepararme para salir al tatami".
Laura vivía en Vallecas con sus padres, pero hace un par de años se mudó a Brunete para estar cerca del Dojo Quino donde entrena junto a Quino Ruiz, Nikoloz Sherazadishvili o Francisco Garrigós entre otros. Una fábrica de campeones. "El secreto es el trabajo, entrenamos muchísimo, aprendemos todos de todos y Quino nos da mucho cariño y nos cuida un montón", asevera. De pequeña era muy maniática, pero el tiempo le ha demostrado que el destino lo escribe ella sola con sus acciones. Una de esas rarezas ya extinguida era guardar todos sus trofeos y medallas en una caja. Fue su novio, José Antonio Aranda, también judoca, quien la animó a exhibirlas. "No quería ver las medallas y sentirme satisfecha, quería seguir mi camino y conseguir más. Pero tengo que reconocer que está chulo tener esos recuerdos y que había que decorar la casa...", apunta entre risas.
Fisioterapeuta a tiempo parcial y soñadora a tiempo completo
La madrileña se graduó el año pasado en Fisioterapia e hizo el trabajo final de grado sobre el nódulos de Heberden (tipo de artritis que afecta a las manos y es propia de judocas). "Creo que en el futuro será mi profesión, pero ahora sólo cojo pacientes de manera eventual y muy pocas horas porque estoy centerada en mi carrera deportiva", asegura una Laura que confiesa haberse tratado alguna vez a sí misma. "A veces he llegado a casa con las piernas cargadas y...", destaca.
Los últimos meses para Laura han sido muy importantes. Viene de hacer bronce en el Grand Slam de París y una concentración de un mes en Japón, la cuna del judo. "El próximo reto es el Campeonato de Europa (del 25 al 28 de abril de 2024 en Zagreb) donde el objetivo es mejorar el bronce, aunque sin dar muchas pistas de cara a los Juegos", dice pícara. Y es que París 2024 está marcado en rojo en el calendario. "En Tokio pensaba que el equipo iba a conseguir alguna medalla y al final no pudo ser. Siempre hay sorpresas porque hay favoritos que van con mucha presión y acaban perdiendo. Otros que se crecen y le sale el buen día. Creo que en este ciclo olímpico hemos mejorado el equipo y los resultados y ojalá que el judo consiga esa medalla que tanto espera", recalca quien tiene estudiada a sus rivales. "Tengo unas fichas que ni la Policía...", reflexiona con humor. Laura estará acompañada en la ciudad del amor por sus padres, su hermano, su novio y una buena ristra de amigos. "Siempre les llamo por videollamada cuando gano... y esta vez espero hacerlo en vivo y en directo. Sería brutal", sentencia.
